Esta mañana he despertado con el recuerdo de una imagen que ahora decido recuperar. Se trata del Lavatorio, que en 1547 la Scuola del Santísimo Sacramento de la iglesia de San Marcuola encargó Tintoretto (1518/19-1594).
El lavatorio delata la afinidad de Tintoretto con los poligrafi, perceptible en la confluencia de una profunda religiosidad con situaciones jocosas como el esfuerzo de varios apóstoles por quitarse las calzas. El lavatorio es el resultado de un concienzudo proceso creativo. Tras trazar el escenario, Tintoretto introdujo los personajes pensando en el punto de vista del espectador.
Si al contemplar frontalmente El lavatorio los personajes aparecen distribuidos aleatoriamente, la impresión cambia al mirarlo desde la derecha, desde una posición similar a la de la feligresía de San Marcuola. Desaparecen así los espacios muertos entre las figuras y el cuadro se ordena a lo largo de una diagonal que, partiendo de Cristo, prosigue por la mesa en la que aguardan turno los apóstoles para acabar en el arco al fondo del canal.
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